Bienvenidos a CUATRO GATOS... pasen y lean.

Hola amig@s:
Ya ven, los gatos canarios nos atrevemos a enseñar las uñas en este espacio "blogerístico".
Pretendemos ser unos gatos cultos, más o menos, creativos
y de nuestro tiempo, con el permiso de todos.
Aquí aparecerán nuestras
aportaciones (poesía,
relato, fragmentos, fotografía, y
otras manifestaciones
gatunas).
Les animamos a que nos envíen
sus opiniones e incluso sus
aportaciones, todo ello
dentro del marco
constitucional y de respeto a los
gatos y demás fauna
que caminan o
pululan por este mundo.
Por aquello de que "con
el mazo dando y a
Dios... muy buenas y
hasta pronto".
Felinos saludos.
Gatonio y cía.

lunes, 31 de diciembre de 2007

Cuento de Navidad (basado en un hecho real)



– Felipe Can -

Antonio Núñez-López


Mi mejor amigo es emigrante. Llegó a esta isla procedente de su país. Se imaginó nuestra tierra como su lugar de promisión. Donde conseguiría alcanzar sus metas soñadas: recursos suficientes para vivir de su trabajo, para prosperar, para formarse, para ocuparse de su familia y sobre todo la seguridad que amparaban las leyes fundamentales de su nueva patria.
Él pensaba, como decía el dicho sabio que el hombre no es de donde nace sino de donde decide morir.
En su lugar de origen podía subsistir ya que mi amigo es una persona de muchas cualidades, tanto manuales como intelectuales. Lo que nunca imaginó es encontrarse con el rechazo social que lo aislaría en la temible soledad.
Aquí también hay otros emigrantes como él, incluso de su misma procedencia, pero mi amigo no conocía a nadie y sus primeros contactos fueron con supervivientes semiclandestinos que sentían desconfianza a recibir peticiones para compartir su escasez.
El día de Nochebuena mi amigo anduvo más sombrío que nunca. Ni siquiera tuvo ánimos para chatear con su familia allende el mar. Temía ensombrecer la entrañable noche a sus seres queridos y lejanos: su madre, sus hermanos, sus sobrinos y aquellos buenos amigos que preguntaban a diario por él. Pero quizás, más que nada, tenía miedo de reconocerse a sí mismo que su migración había sido un fracaso: tanto tiempo haciendo planes, armándose de valor para mentalizarse en el desarraigo, malvendiendo sus escasas y queridas pertenencias y pidiendo ayuda económica a familiares y amigos. ¡Nada había servido para nada!
Aquella noche tan significativa los oídos le zumbaban por la soledad y el abatimiento. No pudo soportar más el claustrofóbico guachinche donde se alojaba y salió a la calle.
Deambuló por calles y placitas. Ni siquiera podía permitirse entrar en un bar cualquiera y sumarse a la compañía de los eternos solitarios unidos por el alcohol. Apenas llevaba encima el dinero justo para comprarse una hamburguesa en un chiringuito de la avenida marítima. Se sentó sobre el murete medianero que separaba la playa del paseo y masticó mecánicamente el pan blando circular que emparedaba un pedazo de carne picada compacta y aderezada con rodajas de cebolla, tomate y trozos de lechuga. Su boca reseca por la poca afluencia de saliva y la mucha ansiedad no pudo tragar la última porción mordida, así que su garganta se bloqueó enviando alarmantes señales de asfixia. Quizás pudo haber muerto allí mismo simplemente dejando de respirar. ¡Pero su instinto natural se negó a dejarlo morir! Entonces sus dedos se introdujeron hasta la garganta y el aire de los pulmones salió expelido con fuertes golpes de tos. Nadie se le acercó a interesarse por su crisis vital. Tal vez los transeúntes pensaban que sus broncos estertores y sus lágrimas les eran ajenas, y quizás merecidas por aquel extraño sujeto, bajito y de tez morena.
Entonces mi mejor amigo se dirigió al puerto. Caminó hacia la punta del muelle. Lo vi venir a lo lejos desde donde me encontraba guarecido, echado en un plástico, sobre el que el peso de mi cuerpo hollaba, a modo de cama, encima de un gran rollo de gruesas cuerdas de atraque. Mi mejor amigo se paró al borde del precipicio mirando fijamente hacía la oscuridad del inclemente mar. Se quitó las gafas y plegó las patillas dejándolas sobre un noray cercano. Puede ser que la impenetrable oscuridad se viera mejor sin gafas. Después se quitó las cholas de cuero que calzaba y las separó hacía un lado con uno de sus pies descalzos. Se quedó inmóvil algunos segundos como escudriñando un invisible horizonte.
Fue entonces cuando algo, no sé qué, me hizo llamar su atención. Primero ladré fuerte y continué con ladridos más quejumbrosos. La figura de mi amigo se giró sorprendida y me descubrió en mi lecho ocasional. Se dirigió hacía mí e inclinándose me acarició donde más me gusta, y que ya tenía olvidado, entre los ojos y en el pecho, entre las patas. Gemí lastimeramente y le di un húmedo lametón en el dorso de su mano. Él me levantó hacía su pecho con plástico y todo.
- Vaya, que harás tu aquí sobre una bolsa del supermercado Felipe.
Yo lo miré sabiendo que había encontrado un amigo.
- Te llamaré Felipe y ahora nos vamos juntos a casa –me dijo recogiendo sus gafas, sus cholas y desandando su inmerecido destino.
- ¡Vamos Felipe!
Bueno, pensé yo, mis antiguos amos me llamaban el Negro.

*fin*

lunes, 3 de diciembre de 2007

Convivencia (merece la pena pincharlo en el diario)

Convivencia...
Andrés Farenga
Sufra menos, sea eficiente....
Si abrió, cierre.
Si encendió, apague.
Si conectó, desconecte.
Si desordenó, ordene.
Si ensució, limpie.
Si rompió, repare.
Si no sabe reparar,busque quien lo haga.
Si no sabe que decir, cállese.
Si debe usar algo que no le pertenece, pida permiso.
Si le prestaron, devuelva.
Si no sabe como funciona, no lo toque.
Si es gratis, no lo desperdicie.
Si no es asunto suyo, no se entrometa.
Si no sabe hacerlo mejor, no critique.
Si no puede ayudar, no moleste.
Si prometió, cumpla.
Si ofendió, discúlpese.
Si no sabe, no opine.
Si opinó, hágase cargo.
Si algo le sirve, trátelo con cariño.
Si no puede hacer lo que quiere,trate de querer lo que hace.
Si ésto te lo dice un amig@ reflexiona e intenta mejorar... cuando lo asumas puedes compartirlo con tu hij@, será una de las mejores herencias que puedas dejarle y además podrá compartirla.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Un espantapájaros en mi balcón

Sobre losetas de barro inane,
Anclado a la visión marina,
Antes entre plantíos fértiles cumplía,
Ahora, mi labor, ver arribar las golondrinas.

Planta sobre planta a la quinta estéril alcanza
Todas ellas huecas de simiente y savia.
Fui el último remedo de hombre,
Efigie sin entrañas,
Guardián de lechos de vida
Al arrebato de cemento y de hojalatas.

Una mano asió mi talle
Desterrándome desdeñado
A las sobras del camino,
Excluido de frutos y cosechas.

Más el casual destino vino a mí
En el empeño del poeta transeúnte
Que añora mi torpe figura
Y anhela mi muda compañía.

Fijando mi único pie al tiesto
Proclamándome su inspirador
De miasmas umbrías.
Y yo, efigie en su hábitat solariego,
Oteador incansable desde su terraza,
Proyecto mi torpe estampa sobre la bahía.

Antonio Núñez-López

El Oido Disidente

Hoy tengo una abeja en mi oído.
No oigo nada de lo malo que hablan.
Oigo cuando me piden las cosas por favor.
No oigo cuando me insultan por no ir más deprisa.
Oigo cuando me llaman a comer.
No oigo cuando pasan aviones picudos.
Oigo cuando pían los pájaros del árbol solitario.
No oigo cuando me piden mi voto para sumar.
Oigo cuando me piden mi opinión para sumar.
Mi otro oído me mandó al médico de oyentes.
Dice que estoy infectado y necesito medicina.
Mañana volveré a oír.
Hoy quiero tener una abeja en mi oído.

Antonio Núñez-López

lunes, 5 de noviembre de 2007

miércoles, 31 de octubre de 2007

Ella maulla, yo gimo


La gata nos sigue hasta la cama.
Si dormimos duerme
acoplada al hueco de nuestro estómago
al hueco de nuestros riñones
al hueco de nuestras rodillas
o al hueco que queda entre él y yo.

Pero cuando nota movimientos
aproximaciones bajo el edredón
rápidamente se baja de la cama
y nos deja solos con nuestros juegos.

Mi gata operada, vaciada por dentro.
Mi gata celosa y posesiva
con el único macho de la casa.
Mi gata que ya apenas recuerda
como yo
el parto de su única camada.

Tan pronto como acabamos
ella vuelve.
Necesita nuestros huecos para llenar
su vacío.
Quisiera decirle que tampoco en eso
somos
tan distintas.

Ella maulla, yo gimo.


Ana Pérez Cañamares

martes, 30 de octubre de 2007

sé que a veces... por Pablo Emilio Cárdenas


Sé que a veces
Soy barroco en mis ideas
Y aparecen páramos y quebradas,
El Atlántico y la humedad de mis pies
En el Caribe

Sé que digo mentiras y hablo en clave
Confundido y por las ramas,
Pecador mayor
También sé que eso soy

Un poco menos de angina de pecho
También necesito
Y más alegría
En mis palpitaciones

Más manadas de pájaros,
Más verde y tierra negra
En mi cabeza

sábado, 27 de octubre de 2007

Revista La Tapa nº 59


Revista La Tapa nº 59 (4 Gatos)





Revista La Tapa nº 60


Revista La Tapa - www.latapa.org




ELS QUATRE GATS


Aquí van los documentos de Els Quatre Gats por gentileza de nuestros colaboradores de Barcelona. Fíjense en el logo que tenían, ja ja. Deberíamos discutir el tema del humor y la ironía a propósito de esta especie de decálogo de nuestros predecesores gatunos. “Gatomón dixit”.




12.06.1897

Els quatre gats

A las personas de buen gusto, a los ciudadanos de orilla a orilla, a los que, además de alimento para su cuerpo, necesitan alimentar el espíritu,

El Pere Romeu os hace saber que en la calle Montesion, entrando por la plaza de Santa Ana, segunda casa a mano izquierda, desde el día doce del mes de junio estará abierto un establecimiento tan propio para el esparcimiento de los ojos como nutrido de buenas cosas para complacer al paladar.

Tal morada es hostal para desganados, escaño cálido para los que sienten añoranza del hogar, museo para los que buscan golosinas para el alma; es taberna y emparrado para los que buscan la sombra de los pámpanos, y la esencia exprimida de la uva; gótica cervecería para los enamorados de la muerte y patio de Andalucía para los enamorados del mediodía; casa de curación para los enfermos de nuestro siglo, y nido de amistad y armonía para los que entren a refugiarse bajo los pórticos de la casa.

No tendrán que arrepentirse de haber venido, y sí pesar por no hacerlo.

(traducción libre, msm, 24.10.2007)

jueves, 25 de octubre de 2007

La gata de María

Mi hija estaba empeñada en traer un animal a casa. Y un servidor se resistía desde hacía más de un año. Estaban muy próximas las navidades y la muy arpía, conste que lo digo con cariño, apareció con una gata de apenas tres meses de vida en sus brazos. Su cara, la de mi hija, irradiaba felicidad y mucha ternura hacía aquel ovillo de pelo gris-claro con dos ojitos rasgados de un azul intenso y cuyas patitas terminaban en unas garritas blancas que le hacían parecer que llevaba unos calcetines o botitas blancas. Cierto es, que si en aquel momento el bicho ya tenía rabo, orejas o algún otro atributo o apéndice no los vi. Parecía muy asustada y en su cabecita se apreciaba, era lo que más llamaba la atención, una herida que los pelos y la sangre coagulada habían cerrado momentáneamente.
La muy ladina, mi hija, se atrevió a comprar en una tienda de mascotas "aquella gatita que daba muestras de desamparo "-eso me dijo. Yo me mantuve expectante más bien confundido, como la gata, por que por una parte se había saltado la autoridad paterna y por la otra no quería darle la impresión de “papi insensible” y quizás por ello un papá detestable y ese prejuicio, como ustedes saben, es algo que los padres no podemos soportar del juicio de nuestros hijos, y menos de las nenas.

Ella olió mis dudas, mi hija, y presta se avino a relatarme su adquisición: como en otras ocasiones pasó por la tienda y entró a ver la fauna doméstica y exótica con la que se comercia en esos sitios. Unos maullidos lastimeros le hicieron dirigirse hacía una pequeña jaula en la que estaba encerrada la felina. En la cabeza tenía una herida por la que manaba un pequeño hilo de sangre que le circunvalaba el ojo izquierdo y le caía por el bigotito, a la gatita ¡claro!
Al parecer un loro malhumorado de una jaula contigua le había asestado un par de fuertes picotazos con su pico curvo y afilado como un punzón y la hembrita desconocedora todavía de su famosa e ¿innata? agilidad no supo apartarse a tiempo.
Mi hija se compadeció de la gata e intento llegar a un acuerdo con el zoomercante propietario de la tienda. María vació sus bolsillos sobre el mostrador, incluidos los forros de su mochila del “cole” y obtuvo una fortuna considerable, para sus doce años de edad, aunque insuficiente para el empresario zoófilo. Ella se empleó a fondo para negociar a la baja las taras que presentaba la “mercancía” y al final convino con el tendero que vendría al otro día con el precio acordado, siempre y cuando la gatita aún estuviera viva y por supuesto con la herida atendida.
El negociante animal, al parecer, sopesó las palabras de la potencial clienta y pensó en la inestable salud de la gata, y la posibilidad de tenerla que llevar a un veterinario con el consiguiente gasto de dinero y de tiempo, pues no olvidemos que estaba en plena campaña de Navidad, y eso le podía acarrear desatender el negocio. Así que aceptó como precio final el pequeño capital de María.


Me quedé mirando a mi hija y después miré a la gata y sin dar ninguna opinión que me pudiera comprometer decidí ponerme manos a la obra o mejor dicho a la cura. Le recorté al animalito los pelos ensangrentados con una tijera de manicura, le lavé la herida con una gasa mojada en abundante agua templada y viendo que la herida no le había afectado al cráneo le puse un antiséptico.
La gatita pareció reconfortada y dejo de maullar. Aún así me hice un hueco, mentalmente, en mis quehaceres matutinos para llevarla al veterinario al día siguiente. Aunque… ¿dónde carajos habría un veterinario?
Mi María que parece tener “pelos de bruja” y adivinar mis pensamientos me dijo que en los bajos del edificio donde yo voy a visitar al notario hay una clínica veterinaria… por si acaso “necesitábamos” llevar a “nuestra” gata.
Observando la cara de ángel satisfecho de mi hija me reconcilié con el bicho, ¡María!, acepté a la gata como otro miembro de mi familia y hasta me pareció que llevar a la notaría a María, ocasionalmente cuando no tenía con quién o dónde dejarla, para resolver asuntos inherentes a mis obligaciones profesionales tales como firmar préstamos hipotecarios, protestos de letras, poderes para pleitos y demás insidiosos trámites, tenía algo de positivo.
¡Maldito espíritu navideño!

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-Por favor, Botitas no me molestes y deja de pisarme las teclas del ordenador que quiero acabar este relato.

- ndf2’0mº-.din1eo80`g4m.

-¡Sabes, estoy contando como llegaste a formar parte de la vida de María y cómo empezaste a deformar la mía! ¡Y deja de lamerme la mano que no eres un perro, salvaguarda tu dignidad felina!

- òn.ff´çbdwj1¡ª,´hñgfñ.

- Otra vez se entretiene María con sus amigas y me va a tocar ponerte agua limpia para beber, darte las bolitas deshidratadas para comer y lo que peor llevo: limpiarte la caja de excrementos. Menos mal que hoy no toca lo que menos nos gusta a los dos: bañarte y recortarte las uñas, que me tienes el “tres por dos” de piel hecho un desastre cuando te afilas las garras en él.

-fin.

-¡Acertaste! Mejor lo damos por terminado y ven que voy a revisar otra vez las uñas. Como crecen la condenadas: las uñas, las gatas y las niñas.

Antonio Núñez-López
Mayo 2005.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Invitación a participar en el programa radiofónico 4 gatos.


Queridos amigos,

Nos gustaría recibir propuestas de temas que queráis que se aborden en el programa de radio Arona "4 gatos". Música, relatos, fragmentos literarios, noticias de interés, afinidades, anécdotas... todo aquello que consideréis de interés o fruto de vuestras inquietudes. Con sumo gusto valoraremos vuestras aportaciones.
Podéis enviarlos a cuatrogatos4@gmail.com o llamando al teléfono directo de la emisora 922 788 945 los martes de 10 a 11 de la noche.
Sinceramente,

4 gatos.

martes, 23 de octubre de 2007

El gato Kiko entre legajos históricos

Nuestro amigo Kiko colaborando en la clasificación y archivo de documentación referente al municipio con Eva Luz Cabrera. El trabajo bien hecho queda para la posteridad.

4 gatos en el estudio de Radio Arona

GATALEX, GAMON, PEGATO, GAKIKO, GATONIO Y LAGATO. RADIO ARONA FM 107.4 (para el Sur, La Gomera, La Palma y El Hierro) y FM 94.7 (desde Granadilla a Santa Cruz). Programa "4 gatos". Los martes a las 22.00 horas.

PEDRO, KIKO, LAUREANO Y ANTONIO.
LOS GATOS Y GACHICHO (primero por la derecha que antes estaba haciendo la foto)

4 gatos en su programa


Los gatos tenemos nuestro programa de radio en Radio Arona, dial FM 107.4, y por internet en www.arona.org.

enlaces gatunos para reirte un rato

Aquí te anexo, amigo de los gatos, unos enlaces para que te rias un rato y compruebes que los gatos también cantan y no solo maullan.

http://www.youtube.com/watch?v=ChRSY8TSliw&mode=related&search=
DUETO BUFO DE ROSINI

http://www2.b3ta.com/i-love-you/
GATO AMOROSO


http://www.foro-gatos.com/f8/top-10-musica-gatuna-306/
VARIOS DE GATOS

4 gatos

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Felinos saludos.
Gantonio.